Los niños y niñas de primero a cuarto
nos hemos ido de excursión a la zona de los valles pasiegos,
en concreto, hemos paseado por Puente Viesgo.
Allí nos esperaba una magnífica mañana en la que acompañados
por un monitor de Naturea
hemos aprendido un montón de cosas
sobre el entorno natural vecino.
Primero y segundo
hemos visto el árbol más madrugador,
el ciruelo cerezo.
Nos han contado la historia de cómo llego hasta aqui.
El sha de Persia quería tener el mejor jardín del mundo
y contrató a Pisard
quien robo uno de los árboles
y se lo llevó a París y de allí al resto de países de Europa
y al resto del mundo.
Caminando un poco más nos hemos encontrado con el río Pas,
con el agua más limpia de Cantabria y su desembocadura en Liencres, los salmones pasiegos...
La fuerza y cantidad de su caudal en ocasiones
ocasionan destrozos cuando se desborda.
Los sauces mimbreros de sus orillas
con el superpoder de sus ramas que son como de goma y flexibles,
lo que hace que no se rompan con la fuerza del caudal del Pas.
Los chopos sin embargo se alejan un poco más
porque no tienen ese superpoder.
Continuamos por la senda verde
y observamos la cantidad de flores que las abejas utilizan
para obtener néctar,
lo que hace que se impregnen de polen
y al ir de flor en flor se produce la polinización.
Las flores son tan bonitas para atraer a las abejas
y demás insectos guiados por el olor que despiden.
De todas las flores que hemos visto
hemos deducido que los colores favoritos de los insectos
son el amarillo y el morado.
Avanzando en el camino encontramos menta
y descubrimos que su olor no les gusta a los insectos
lo que la protege de que estos se coman sus hojas.
Poco después nos encontramos con la falsa ortiga
en suelo húmedo y localización sombría.
Viendo las cualidades de sus vecinas las ortigas
fue cambiando su aspecto para parecerse a ella
y que los insectos no se acercarán a ellas.
La rubia peregrina estaba justo a su lado
dispuesta a pegarse en nuestra ropa
y hemos aprendido que el velcro deriva de una historia con ella.
Caminando un ratito más llegamos a la maqueta de Penilla
donde hemos disfrutado de nuestro rico almuerzo.
A la vuelta no podíamos irnos sin disfrutar
de una ratito de juego en el parque.
Si pincháis en la foto, podréis fisgar un poquitín más
¡Nos lo hemos pasado genial!
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