Soy María y la verdad que el reto de los pájaros
me ha tenido bastante ocupada el fin de semana.
En el lugar donde yo vivo, afortunadamente,
nos levantamos con los cánticos de los pájaros
e incluso de algún gallo.
Somos privilegiados por tener estos despertares
aunque he de reconocer que en mi rutina habitual
no me había percatado de ello.
Desde que se lanzó el reto he intentado sacar fotos
de algún pajarillo pero ¡ me estaba resultando imposible! Desesperada por no conseguir una foto
llegué a pensar en la actividad que
Belén desarrolla con sus niños de dos años;
ellos elaboran comederos y los llenan de pipas o pan
y así los pájaros se acercan a los árboles del cole a comer.
Pero no me hizo falta al final.
Ayer, mientras tomaba el café en el jardín un mirlo,
que nos acompaña desde que llegamos a la casa,
se metió en la planta que tenemos en la entrada.
He de reconocer que llevamos un invierno
un poco enfadados con él ya que tenemos la entrada a casa
llena de sus caquitas.
Pero pensábamos que se resguardaba del frío por las noches.
Al estar un poco atenta, escuché piar de una forma diferente.
Me levanté y me dí cuenta que se había confeccionado un nido.
Los sonidos anteriores nos hicieron subir a comprobarlo y
¡ Mirad que cosa tan bonita encontramos!
¡Mirad el vídeo!
Para que veáis que el nido que construyeron las urracas de Belén sirve para que los pájaros puedan depositar su huevos y que más tarde, de ellos, salga sus preciosas crías.
Pensando en el reto, he de reconocer que
yo no tengo un ave favorita, aunque, desde niña,
he tenido cierta cercanía con las cigüeñas.
En el pueblo donde yo veraneaba,
era todo un acontecimiento cuando las crías salían del nido
en sus primeros vuelos de prácticas.
Actualmente, en mi familia,
cada vez que vamos a León es ya un juego tradicional para el coche, ir buscando cigüeñas o nidos por las campos.